La cordillera Cantábrica atrae en verano a miles de turistas en todas sus vertientes. La actividad turística y de ocio no debería ser un problema para el urogallo cantábrico, si se toman una serie de medidas para limitar las molestias que este tipo de actividades pueden provocar en áreas con presencia de urogallo.
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El programa de custodia del territorio del LIFE+ Urogallo cantábrico ha conseguido implicar a Juntas Vecinales, guardas, apicultores, ganaderos, cazadores, jóvenes emprendedores y habitantes del medio rural.
Con la llegada del invierno, el urogallo cantábrico ve reducida no sólo su despensa sino también su refugio. Hayas, robles y otros árboles caducifolios que pueblan los bosques de la cordillera se despojan de sus hojas en la época más dura del año.
El Plan de Sensibilización y Voluntariado Ambiental del Organismo Autónomo Parques Nacionales ha colaborado en el proyecto LIFE+ Urogallo cantábrico en la señalización de vallados para reducir el riesgo de colisión de esta especie en peligro de extinción.
Los trabajos desarrollados en el marco del proyecto LIFE+ Urogallo cantábrico han logrado reducir hasta cuatro veces el nivel sonoro de la subestación eléctrica del Puerto de Panderruedas (León). En este proyecto, que coordina la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ya se han finalizado las actuaciones para proteger a la especie del impacto acústico de la subestación transformadora.